Raimon Colomer Pagès nace en Vilafranca del Penedès (Barcelona) en el mes de octubre de 1940.

Su vida ha transcurrido en Vilafranca del Penedès y su entorno, un pequeño espacio geográfico que le ha sido suficiente y en el que ha encontrado todo lo que precisa y con el que se siente plenamente identificado.

Empezó de adolescente a publicar caricaturas en la prensa local, mientras estudiaba comercio en el colegio de Sant Ramon de Penyafort.

A los 18 años se trasladó a Madrid para ver los cuadros de El Greco en el Museo del Prado. Era una de sus obsesiones pictóricas, quería verlos al natural. Sólo conocía El Greco existente en el museo Cau Ferrat, de la cercana Sitges, y quería ver más obra del genial pintor. Le atraía su hacer, el alargamiento de las figuras, la estilización de los cuerpos. Colomer Pagès dibujaba las figuras alargadas que le caracterizan, estética que ha ido manteniendo a lo largo de los años.

 

 

Parte del estudio-taller

 

 

Posteriormente entró en contacto con los impresionistas franceses, especialmente con Monet. Fue un contacto a través de los libros, hasta que años más tarde, en sus viajes por Europa, especialmente París, pudo contemplar al natural la obra de sus admirados impresionistas. El sentido de la luz y del color que poseían los grandes pintores franceses significaron un descubrimiento para él. Se sentía próximo no a su hacer, porque Colomer Pagès no utilizaba el óleo, en aquella época, pero sí a su concepción pictórica.

Aprender es algo constante, no se sabe nunca lo suficiente, siempre hay más posibilidades de las que te imaginas y de las que te enseñan. En pintura se está aprendiendo siempre; los que creen saberlo todo, se equivocan. Esto sucede en todas las profesiones, siempre es posible llegar más lejos. Lo que pasa en pintura es que el más lejos lo sueñas, lo imaginas, piensas que puedes llegar a desarrollar los temas tal como los piensas, y luego chocas con la realidad. Y cuando estás cerca de conseguir lo que pretendes, descubres nuevas posibilidades. O sea, que siempre te vas poniendo el listón más alto. Digamos que hay insatisfacción constante enfrentada con la satisfacción que representa pintar. Yo disfruto pintando, no entiendo que pintar sea doloroso, no lo entiendo como un sufrimiento. Pero luego llega el análisis del resultado; rompo mucha obra, la aparto, la dejo a un lado. Y cuando han pasado unos años, un tiempo, y vuelvo a ver lo que hice, pienso que acaso... pienso que ahora lo haría diferente. Y acepto que sea así, lo entiendo como normal, porque lo que pretendes es superarte día a día, crees que lo consigues, pero vas dejando la obra hecha. Yo diría que la pintura te produce satisfacciones inmediatas e insatisfacciones futuras.

Comentarios breves que se han publicado:

“Colomer Pàges es un pintor de la nueva era. Con luz propia, con rasgo luminoso”
B. Xifré Morros

“Diría que las auténticas raíces de Colomer Pagès se encuentran, en cuanto a sus retratos, en los pintores orientales, capaces de expresar todo un mundo de emociones y sensaciones con una sola pincelada”
P. Mollar

“Colomer Pagès es pura sensibilidad pictórica, el color discurre por sus telas convertido en aliento poético”
J. Julio

“Atmósfera pura, hecha a base de pinceladas sueltas de ágil esgrima, intencionalizando la dicción colorista, para cuajar figuras, bodegones o paisajes; sensaciones contrastadas o muy matizadas en las que se adivina ese ser y no ser de la forma que es recuerdo y que es vivencia”
Antonio Gascó
Académico de las Reales Academías de San Fernando de Madrid y de San Carlos de Valencia

“Obra que, partiendo de una figuración de raíz impresionista, consigue una personal interpretación”
Francesc Galí

“Colomer Pagès posee un dominio extraordinario del pincel. Hay en él una forma de pincelar que le permite reflejar, como a ráfagas, aquello que le interesa”
A. Santamaría

“Colomer Pagès plasma paisajes o figuras con un fuerte acento personal”
Montse Lago

“Dispone de un pincel iridiscente, de luces chisporroteadas, que envuelve mágicamente a las cosas y las transfigura. Admira, en Colomer Pagès, la delicadeza de su toque, su levedad, la maestría con la que juega el fenómeno de la mezcla óptica”
Rafael Manzano

 

 

Parte del estudio-taller

 

“Colomer Pagès destructor-constructor es un asimilador de los temas, que tritura y reconstruye, que destroza y sobre sus restos alza una nueva realidad. En su obra dos facetas o manifestaciones quedan patentes; una, cuando contempla la realidad desde el puro color, explicándola, especialmente en sus paisajes, de manera sucinta, a través de un juego armonioso de manchas por las cuales alcanza brillantes y luminosos resultados.
Y aparece luego su segunda faceta expresiva que sigue una senda que roza el informalismo, de pura investigación de nuevas formas que hace surgir de una realidad interpretada con gran libertat. Dos dicciones, dos formas de decir no alejadas, una de la otra, pero que ofrecen una imagen doble y diferente de su capacidad creacional”.
C. Nebot

“El color es un elemento fundamental en su obra, ofrendada con un amplio abanico temático.

Colomer Pagès traspasa fronteras estéticas, se marca caminos y los sigue con absoluta libertad. Es su vida entregada a la pintura. Es una entrega acertada”
J. Llop S.

 

A los 4 años

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A los 7 años. Primera Comunión.

A los 20 años con el equipo de basquet de Vilafranca, con el número 5.

 

A los 27 años. Boda

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pintando en el campo, el mar y en el estudio.

 

 

 

 

 

 

 

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